La orquídea es una flor extraordinaria y exótica. Para cultivarla en casa, hay que conocer algunos trucos y prestar atención a los detalles. Sin embargo, la orquídea no es una flor tan difícil de cultivar como mucha gente cree. Para crecer y prosperar, necesita cuidados constantes y una fertilización adecuada.

Hoy te presentamos los consejos que utilizan los cultivadores de orquídeas para que éstas florezcan durante mucho tiempo y encanten con su belleza.
Fertilización
En la naturaleza, la orquídea se alimenta de corteza de abeto, musgo y piedras. Sin embargo, cuando nos llevamos la orquídea a casa, perdemos sus nutrientes habituales. Por eso es muy importante abonar la planta regularmente con medios minerales y orgánicos.

Puede utilizar los productos listos para usar disponibles en la tienda. Sin embargo, si decide utilizar un producto químico, hay algunas cosas que debe saber.

Los abonos deben contener magnesio, cobre y calcio.

Los abonos que contienen nitrógeno amoniacal son mejores durante la floración.

Las siguientes sustancias son importantes a la hora de plantar plantas: zinc, hierro, sodio, manganeso y cobre. Esta combinación preserva bien las hojas y las raíces.
Si la composición del abono contiene todas las sustancias enumeradas, habrá elegido el abono adecuado.

Sin embargo, para dar a las orquídeas un buen aspecto, no es necesario correr cada vez a la tienda y buscar herramientas caras. Utilice consejos sencillos. Por ejemplo, a las orquídeas domésticas les gusta la leche.

Suena un poco extraño, pero esta herramienta es realmente poderosa. Porque la leche contiene todos los oligoelementos necesarios para el crecimiento de las orquídeas: potasio, calcio, nitrógeno y magnesio. Estos elementos proporcionan a la planta todo lo que necesita para crecer y florecer durante todo el año.

Para preparar un abono casero, mezcla 0,5 litros de agua estancada con 1 cucharada de leche casera. Remueve bien. Es importante utilizar leche casera, ya que la pasteurizada contiene mucho menos de todas estas sustancias.

Coloque la maceta con la orquídea en un recipiente grande y riéguela generosamente con la mezcla preparada. Después, déjela allí otros 15 minutos. Después, vierta un poco de agua de la maceta y vuelva a colocarla en su lugar habitual. Puede repetir este procedimiento cada quince días. La orquídea absorberá todas las sustancias necesarias y pronto le deleitará con su increíble belleza.

Las hojas de las orquídeas también pueden limpiarse regularmente con una solución láctea. Prepárela mezclando 1 cucharada de leche casera con 2 cucharadas de agua tibia. Las hojas se vuelven fuertes y verdes.

Esta mezcla casera para orquídeas proporciona a la flor los nutrientes que necesita y la ayuda a crecer libremente. Si realizas estos pasos con regularidad, seguro que la planta te lo agradecerá. ¡Las orquídeas se convierten en un tubo de flores! ¡Pruébalas y disfruta de ellas durante todo el invierno!