El laurel se utiliza como planta medicinal desde hace miles de años, pero los antiguos griegos y romanos consideraban esta hierba una planta sagrada.

Se sabe que los vencedores de las Olimpiadas llevaban una corona de laurel en la cabeza, y el significado simbólico de esta mítica planta era el honor y la gloria. Todas estas cualidades atribuidas a esta planta revelan que el laurel era muy importante para nuestros antepasados. Resulta que había una razón para ello.

Aunque lo utilizamos principalmente como especia, las propiedades curativas del laurel nos son bien conocidas, y las principales sustancias activas de esta planta son los aceites de pineno y cineol, que tienen propiedades calmantes.

Los efectos psicoactivos del laurel se han descrito en muchos mitos y leyendas, siendo el más famoso el del oráculo de Delfos, donde masticaban hojas de laurel para ver el futuro.

Los aceites esenciales y otras sustancias activas del laurel tienen un efecto calmante, y basta con encender una sola hoja en un cenicero, salir de la habitación y volver al cabo de 10 minutos. La habitación se llenará de fragancias que actuarán relajando y calmando a todos los miembros de la familia.

Como planta medicinal, el laurel actúa como antirreumático, antiséptico, bactericida, diurético, sedante y antioxidante. Tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo. Al mismo tiempo, las hojas y las bayas también son eficaces en el tratamiento de la histeria, la gripe estomacal y la neurastenia.