Con la llegada de los bonitos días de sol dentro de unos meses, es hora de pensar en apagar la calefacción para evitar un consumo excesivo innecesario. Pero, ¿cuándo hay que apagarla? ¿Qué criterios hay que tener en cuenta para apagar la calefacción? Descubre algunos consejos prácticos sobre cuándo apagarla y ahorrar dinero.

Para evitar sorpresas desagradables al recibir la próxima factura de la calefacción, es fundamental saber cuándo y cómo apagar la calefacción para controlar mejor el consumo de energía, sobre todo cuando llega el verano.

¿Cuándo es mejor apagar la calefacción? ¿En qué estación?
Desde el comienzo de la primavera, surge la pregunta de cuándo apagar la calefacción: ¿es mejor apagarla ahora o es demasiado pronto? Sin embargo, aunque no sepa la fecha exacta para tal acción, debe tener una idea. Suele hacerse cuando las temperaturas exteriores son lo suficientemente altas como para mantener la temperatura interior de la casa a un nivel confortable.

Periodo de calefacción: ¿cuándo apagar la calefacción?
En principio, el periodo de calefacción suele estar comprendido entre el 15 de octubre y el 15 de abril de cada año. Más allá de esta fecha, conviene apagar la calefacción, ya que las condiciones meteorológicas son favorables. Sin embargo, hay que tener en cuenta ciertas prácticas que hay que adoptar antes de apagarla.

¿Cuáles son las prácticas a adoptar antes de apagar la calefacción?
Antes de apagar la calefacción al final de la temporada, es importante respetar ciertos parámetros que pueden ayudarte a decidir.

Poner la caldera en modo verano antes de apagar la calefacción
Según la Agencia para la Transición Ecológica (ADEME), bajar un grado la temperatura del radiador ahorra un 7% en la factura energética . Dicho esto, antes de apagar completamente la caldera, es muy recomendable ponerla en modo verano pulsando el botón « Modo verano » o « Modo producción de agua caliente ». Además, y de hecho, no hay ninguna fecha oficial que cumplir según la ley, salvo que el apagado definitivo del radiador propio debe hacerse en torno al 15 de abril de cada año.

Recuerda revisar la caldera antes de apagarla
En cuanto aparecen los primeros rayos de sol primaverales, es hora de pensar en apagar la calefacción. Pero antes, es importante pensar en el mantenimiento de la caldera y comprobar que se encuentra en buen estado. Así estarás seguro de que tu aparato funcionará correctamente cuando vuelvas a encenderlo al final del verano. De hecho, después de completar su ciclo, es preferible concertar una cita con un especialista en calefacción que pueda comprobar el estado de su calefacción para evitar el mal funcionamiento, el envejecimiento y las averías que pueden aparecer en invierno . Como recordatorio, el Decreto nº 2009-649 de 9 de junio de 2009 establece la obligatoriedad de revisar anualmente su caldera de combustible.

Consulte las condiciones meteorológicas antes de decidir apagar la calefacción
Aunque la calefacción debe apagarse en primavera, a veces no es aconsejable apagarla al principio de la temporada, debido a los riesgos de heladas nocturnas.

Apagar la calefacción depende del aislamiento de tu casa
Ten en cuenta que el apagado de la calefacción depende de lo bien aislada que esté tu casa. De hecho, en una casa bien aislada, el calor producido por el clima, así como el calor desprendido por tus electrodomésticos y tus mantas, debería ser más que suficiente. En cambio, si tu casa está mal aislada, deberías plantearte bajar unos grados la temperatura de la calefacción antes de tomar la decisión de apagarla definitivamente. De lo contrario, si lo apaga para ahorrar energía cuando su casa está mal aislada, tendrá que volver a encenderlo para calentarse y esto pesará mucho en su factura de calefacción, ya que su calefactor necesitará más tiempo y energía para alcanzar la temperatura deseada. temperatura.

El método de calefacción más barato: ¿cuál es la mejor calefacción del momento?
La calefacción urbana de energía renovable es una solución sostenible que permite utilizar energía solar, eólica… así como cualquier otro tipo de energía renovable. Funciona mediante sensores que recogen esta energía en un lugar distante y la transfieren a un lugar que necesita calefacción. Este sistema ofrece muchas ventajas, como un bajo consumo de energía y unos costes de funcionamiento mínimos.