Las grietas y fisuras en las paredes de las casas son un problema muy común, sobre todo cuando nuestras casas empiezan a envejecer. Afortunadamente, la mayoría de las grietas y fisuras son fáciles de reparar por uno mismo.

Para saber si es posible repararlas sin tener que llamar a un profesional, es importante conocer la diferencia entre fisuras, grietas y grietas.

Las grietas son pequeñas, de aproximadamente 1 centímetro de profundidad. No suelen suponer un problema para la estructura del edificio, ya que sólo afectan a la pintura o el yeso.

Las grietas, en cambio, son un poco más profundas. Son seguras si el agua de lluvia o la luz del exterior no se filtra a través de ellas. El problema es cuando se forman cerca de los pilares de la casa: en este caso, debes contactar con un profesional.

Las grietas son mucho más profundas, superan los 3 centímetros de profundidad, y pueden esconder un problema estructural mucho más grave, que requiere una solución profesional.

Una vez hayas comprobado si el problema puede resolverse sin ayuda profesional, sigue los pasos que te detallamos a continuación para encontrar una solución al problema. Es necesario:

Guantes de goma
mascarilla protectora
hoja de plástico
papel de lija
Espátula lisa
Pincel
Masilla
Coloque el paño de plástico alrededor de la zona de trabajo. Esto evita que el producto ensucie el suelo y nos obligue a limpiar.

Ponerse los guantes y la mascarilla, y sacar las piezas del interior de la grieta.

Utilice el cepillo para eliminar el exceso de polvo y permitir que el producto se fije mejor. Es importante que toda la zona alrededor de la grieta esté seca.

Aplique la masilla poco a poco, hasta rellenar completamente el interior de la grieta.

Utilice la espátula para extenderla y alisarla todo lo posible, y espere de 24 a 48 horas a que se seque por completo.

Transcurrido este tiempo, pase la lija para alisarlo. Por último, quita el polvo sobrante y aplica una o dos capas de pintura del mismo color que la pared.

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