Casi la mitad de nuestros hogares tienen demasiada humedad. Además de malos olores y daños materiales, puede provocar problemas respiratorios y otros efectos nocivos para la salud. Nuestros consejos para eliminar esta insalubre humedad.
Humedad en la casa
Humedad en la casa – fuente: spm
Ventilar a diario
Aunque sea invierno y la temperatura exterior ronde los cero grados, ¡no hay nada que hacer! Para renovar el aire interior y eliminar el exceso de humedad, es importante ventilar la casa entre cinco y diez minutos todos los días. Si es posible, crea una corriente de aire a través de varias ventanas. Si es necesario ventilar toda la casa, insista en los ambientes más húmedos, como el cuarto de baño o la cocina.
Limpiar el VMC
La VMC (Ventilación Mecánica Controlada) sigue siendo, con diferencia, el mejor medio de renovar constantemente el aire para evitar un exceso de humedad. Puede ser de flujo simple o doble. En el primer caso, el aparato se contenta con aspirar aire de la carcasa para expulsarlo de nuevo. En cambio, un CMV de doble flujo tiene la ventaja de poder recuperar el calor del aire extraído en lugar de expulsarlo. Para garantizar un funcionamiento óptimo de su VMC, asegúrese de limpiar las ranuras de ventilación con una aspiradora una vez al año. Con el tiempo, el polvo se acumula en las rejillas y existe el riesgo de que la circulación del aire se vea perjudicada.
Opte por el doble acristalamiento
Si gotean gotas de agua en el interior de los cristales y éstos se empañan con frecuencia, es una clara señal de humedad. Con ventanas de doble acristalamiento, puede evitar las fluctuaciones excesivas de temperatura y limitar los problemas de condensación. Un consejo: instala rejillas de ventilación en las nuevas carpinterías para permitir la circulación del aire.
Comprueba la estanqueidad
Como se sabe que el cuarto de baño es la habitación más húmeda de la casa, asegúrate de sellar las juntas alrededor de la bañera, la ducha y el lavabo. Añadir un calentador puede ayudar a secar el aire. Instala un radiador toallero. Si no es posible, existen pequeños calefactores auxiliares que se encienden antes de lavarse y se vuelven a apagar quince minutos después.
Piensa en el deshumidificador
Puedes adquirir un deshumidificador comercial. Tienes la opción de elegir entre un aparato químico o eléctrico.
El primero funciona según el principio de condensación. Contiene una pastilla o cartucho de cloruro sódico. Éste absorbe la humedad y la convierte en agua. Después vacía la papelera. Un deshumidificador eléctrico, en cambio, aspira el aire húmedo contenido en el ambiente, lo seca, lo enfría y luego lo calienta a una temperatura idéntica a la del ambiente en el que se encuentra. El aire sale libre de humedad.
Carbón
Carbón – Fuente: spm
Echa un vistazo a los armarios
Cuando abres los armarios, se percibe un olor fétido y rancio. Probablemente se deba a la humedad del aire. Para absorberlo, basta con poner unos trozos de carbón vegetal en una lata con agujeros en la tapa por algunos sitios. Un método natural y eficaz que no te costará mucho.
Asegúrate también de que los muebles están a unos centímetros de las paredes. En condiciones de humedad, el aire debe circular para evitar la aparición de moho.
Tener un pulgar verde
Algunas especies vegetales que viven en ambientes tropicales pueden deshumidificar el aire circundante. Extraen agua del aire para alimentarse y así reducen el exceso de humedad en tu casa. El helecho de Boston, por ejemplo, es el más adecuado para esta función. Debe colocarse en un lugar luminoso, pero alejado de la luz solar directa. Si tu salón tiene poca luz, un Spathiphyllum es igual de eficaz.
A simple vista
Para garantizar un ambiente interior sano, la humedad debe situarse entre el 40 % y el 60 %. Si su casa está por encima de esta media, no hace falta un medidor. Algunas señales no están mal: empañamiento en las ventanas, olor a moho, papel pintado o rodapiés descascarillados, aparición de manchas amarillentas en las paredes…