Desde tiempos inmemoriales, la flor de la orquídea ha simbolizado el amor, el encanto y la sensualidad. Por eso, tener orquídeas como planta de interior aportará un toque de romanticismo a tu hogar, además de unos colores exquisitos. El cultivo en interior no siempre es fácil, por lo que es necesario conocer las condiciones que te ayudarán a cultivar tu orquídea para disfrutar de sus hermosas flores. Te lo contamos todo en este artículo.

Trasplante
Es aconsejable realizar un primer trasplante tras la compra de la orquídea. Así podrá inspeccionar las raíces y detectar cualquier signo de enfermedad o plaga. Para ello, saque suavemente la orquídea de la maceta y sumerja las raíces en agua para despegarlas fácilmente del sustrato, pero también para hacerlas más flexibles y menos quebradizas.

A continuación, retire las raíces muertas y desvitalizadas. Para reconocerlas, basta con presionar las raíces con los dedos. Si la raíz está firme es que aún está viva, si está blanda significa que hay que podarla. Este truco te permitirá distinguir entre las raíces muertas y las raíces aéreas de tu planta que aún son útiles.

Ahora ya puedes trasplantar tu orquídea y ponerla en otra maceta más grande para que la planta tenga espacio para desarrollar sus raíces. Puede utilizar una maceta de plástico transparente para comprobar fácilmente el estado de las raíces de su planta. Si le molesta la estética de su maceta, puede elegir una maceta cachepot para ella.

Todo lo que tienes que hacer es añadir tu nuevo medio de cultivo. Elige un sustrato especial para orquídeas. Se compone, entre otras cosas, de una mezcla de fibra de coco, carbón vegetal, mantillo de corteza y gránulos de arcilla. Este sustrato proporciona la aireación y los nutrientes que necesita tu planta.

Trasplante su orquídea cuando la tierra de la maceta parezca agotada, normalmente cada 2 ó 3 años. También puede utilizar un fertilizante líquido una vez al mes, y con más regularidad durante el periodo de floración, pero sin excederse. Demasiado fertilizante puede hacer que su orquídea deje de florecer.

Exposición
Las orquídeas son plantas de interior a las que les gusta la luz y las habitaciones luminosas. Manténgalas en habitaciones con luz, pero prefiera la luz filtrada, ya que la exposición directa a la luz solar puede quemar las hojas.

Además, a las orquídeas no les gustan los climas fríos, así que manténgalas a una temperatura de entre 18 °C y 25 °C, ya que de lo contrario no florecerán. Manténgalas alejadas de corrientes de aire y aparatos de calefacción, como radiadores.

Riego

Es aconsejable regar las orquídeas con regularidad, sobre todo durante el crecimiento. Un riego semanal es suficiente. Asegúrese de regarlas, pero no demasiado para no asfixiarlas y favorecer la aparición de hongos. Para facilitar el riego, sumerja la maceta en un barreño con agua durante 5-10 minutos. A continuación, escúrrala en el fregadero y elimine el agua estancada en la maceta. Acuérdate también de humedecer el follaje de la planta con un pulverizador.

Sólo vuelva a regar su planta cuando las raíces y la tierra estén secas y prefiera el agua a temperatura ambiente. El agua fría o caliente puede dañar las raíces. Además, a la orquídea no le gusta el agua dura del grifo, así que riéguela con agua de lluvia o filtrada.

Además, vigile su planta para detectar signos de deshidratación. De hecho, en algunos tipos, como las Phalaenopsis, las raíces se vuelven grises cuando se deshidratan.

Y para que su orquídea dure mucho tiempo, es importante conocer las enfermedades y los insectos que pueden afectarla.

Enfermedades y plagas de insectos
Algunos insectos pueden parasitar el crecimiento de tu planta y alimentarse de su savia. Se trata de ácaros, moscas blancas, pulgones e incluso cochinillas que pueden debilitar su orquídea. Para combatir estos insectos que devastan tu planta, puedes utilizar jabón negro o zumo de cebolla que actúan como insecticida natural.

Además, cuando las condiciones de cultivo interior no son adecuadas para su planta, es decir, la exposición, la temperatura y las condiciones de riego, su orquídea puede verse afectada por ciertas enfermedades. Por ejemplo, la botritis, que provoca la aparición de podredumbre gris en las flores, o incluso la antracnosis, que provoca la aparición de manchas negras. No dude en este caso en retirar las partes dañadas de su planta.

Así que, aunque no seas un experto en jardinería, gracias a esta pequeña guía podrás cuidar de tus orquídeas y disfrutar de sus preciosas flores.

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