Cuidar tu orquídea es muy fácil, pero los hongos pueden atacarla y con este truco tendrás una planta súper frondosa. A continuación te explicamos cómo hacerlo.
La orquídea es una planta muy común y se encuentra a menudo en los hogares. De hecho, con los cuidados adecuados, será muy fácil de cuidar y siempre tendrás flores en la planta. La temperatura ideal oscila entre los 20 °C, no debe recibir luz solar directa y debe regarse con frecuencia, pero no en exceso.
Pero, como todas las plantas, la orquídea puede atraer parásitos u hongos. La orquídea te da señales claras y debes detectarlas inmediatamente. Si la planta tiene hongos o parásitos, las hojas se caen y se vuelven amarillas. Las flores se caen y el tallo se seca. Si te fijas, incluso las raíces tendrán un aspecto diferente.
Orquídea con hongos: así se hace
No es tan difícil tomar medidas, y vamos a seguir todos los pasos para eliminar el hongo de la orquídea para que pueda volver a prosperar. De hecho, sólo una planta sana estará llena de coloridas flores que embellecerán su entorno. Esto es lo que hay que hacer con una orquídea llena de hongos
Una orquídea sin hongos con un solo ingrediente
La orquídea existe en la naturaleza con unas 25.000 especies, pero también puede verse afectada por hongos y parásitos. Para deshacerte de ellos, sin embargo, puedes utilizar un único ingrediente que tienes en casa y no comprar insecticidas o fungicidas específicos, que a menudo pueden contener productos químicos.
El ingrediente del que hablamos es el ajo, que se utiliza contra los hongos gracias a su alto contenido en azufre. Simplemente coge un diente de ajo, aplástalo y córtalo en trozos. Ahora ponlo en un recipiente tapado con unos 350 ml de agua. Ciérralo y déjalo allí durante 24 horas.
Ajo: el secreto de una orquídea siempre exuberante
Al día siguiente, antes de beber el agua con ajo, puedes preparar la orquídea. En primer lugar, saca la orquídea de la maceta, retirando todo el musgo y dejando las raíces desnudas. A continuación, limpia las raíces, cortando las podridas y muertas. Retire también los tallos secos y las hojas amarillentas.
Una vez limpia la orquídea, enjuáguela bien bajo el grifo. Vierta el agua con el ajo y limpie todas las hojas con un algodón empapado en el agua. Ahora puedes echar las raíces en un recipiente con agua con ajo.