Si quieres una buena cosecha de tomates maduros en tu huerto, tienes que añadir este ingrediente a la tierra. Un puñado es todo lo que necesitas, y ya está: nunca volverás atrás. Cultivar un huerto no es fácil ni rápido. Requiere tiempo, dedicación y mucha paciencia. Si tienes tomates en tu huerto, este artículo es para ti. El cultivo de tomates se rige por unas normas estrictas que hay que respetar. Además de todas las reglas básicas para obtener resultados, conviene conocer algunos secretos que sin duda pueden facilitar el proceso y darte un resultado más satisfactorio. Lo que pensamos es que basta con tratamientos sencillos como el agua y una buena exposición al sol. Pero no es así como funciona.
Para obtener resultados óptimos, es estrictamente necesario intervenir utilizando determinados ingredientes. Hablamos, obviamente, de ingredientes naturales, o que en ningún caso pueden ser perjudiciales para nuestros tomates ni para nosotros. De hecho, son precisamente estos ingredientes los que hacen que nuestras cosechas sean más sabrosas, más bonitas y más sustanciosas. Descubramos juntos qué ingredientes añadir a la tierra en la que hemos plantado nuestros tomates.
Horticultura y tomates: así funciona
Cultivar tomates significa crearlos uno mismo y disfrutar del fruto sin preocuparse por su origen o calidad. Comer productos de tu propio huerto es garantía de frescura. Pero, ¿cómo conseguir que los tomates sean aún mejores que los que se encuentran en el supermercado? En primer lugar, debes saber que cultivar estos frutos es bastante sencillo, pero requiere muchos cuidados. Para plantar tomates, basta con introducir las semillas unos centímetros bajo tierra, cubrirlas y regarlas. Entonces, en teoría, al cabo de dos o tres meses, los tomates brotarán.
Tomates
Los brotes aparecen casi de inmediato, pero para ver el nacimiento y crecimiento del tomate propiamente dicho, hay que esperar pacientemente. Mientras tanto, sin embargo, se puede hacer mucho para ayudar al fruto a desarrollarse correctamente. Además de agua y fertilizantes, hay un ingrediente especial que no puede faltarte: la cáscara de huevo. Sí, así es, podemos utilizar la cáscara de huevo como ingrediente clave en nuestra actividad de jardinería. Veamos por qué y cómo.
Cultivar tomates en el huerto con cáscara de huevo: he aquí por qué deberías hacerlo
Puede sonar extraño y absurdo, pero es cierto: la cáscara de huevo es la panacea para nuestros tomates. Nunca debemos olvidar que los trucos de los cultivadores expertos son siempre eficaces y están bien pensados. Cuando intentamos cultivar cualquier fruta, verdura o tipo de hortaliza, nunca debemos olvidar lo importante que es proporcionarles los nutrientes adecuados. No todos los nutrientes más importantes pueden obtenerse sólo del agua: hay que reforzar este aspecto. Igual que los humanos tomamos suplementos vitamínicos para sentirnos mejor, las plantas también necesitan vitaminas y minerales.
Los fundamentales son el hierro, el zinc y el magnesio. La cáscara de huevo contiene un mineral especialmente importante para los tomates: el calcio. El calcio es necesario para el desarrollo normal del sistema radicular, interviene en las estructuras celulares y las hace mucho más resistentes al ataque de hongos y parásitos. Cuando falta calcio, se nota inmediatamente por una señal inequívoca: los signos de la podredumbre, la putrefacción que poco a poco empieza a partir el fruto en dos.
Cómo añadir cáscara de huevo al suelo
La mejor forma de añadir cáscara de huevo a la tierra es picarla finamente. Debe quedar casi como un polvo o harina. Una cucharada de cáscara de huevo picada será suficiente para introducirla en el fondo de un agujero bastante profundo. Espolvoreamos con tierra y plantamos encima nuestras semillas de tomate. Gracias a la presencia de las cáscaras trituradas, nuestros tomates podrán recibir una fuente constante de calcio durante la fase de crecimiento.
Cáscaras de huevo
Este es un truco totalmente sostenible que no afecta en absoluto al medio ambiente ni a la salud de nuestros tomates. Este truco también se puede utilizar para cultivar todo lo demás en el huerto: ¡seguro que les viene bien! Además, es un método totalmente sostenible desde el punto de vista económico. Se acabó gastar dinero en abonos químicos.