En el Valle del Gojal, los agricultores cosechan las patatas meticulosamente, seleccionando las que están intactas, libres de enfermedades y correctamente maduras. Esta cuidadosa selección es crucial, ya que las patatas dañadas o inmaduras pueden afectar a la conservación general del lote.

Preparación para el entierro:
Una vez seleccionadas, las patatas se preparan para el entierro. Se limpian cuidadosamente para eliminar cualquier resto de suciedad y se dejan curar durante uno o dos días. Este proceso de curación permite que se curen los cortes o magulladuras de las patatas, reduciendo el riesgo de putrefacción durante el almacenamiento.

Proceso de enterramiento:
Los agricultores entierran estas patatas curadas bajo la tierra helada antes de la llegada del invierno. Las patatas se colocan en una fosa, cubiertas de paja para aislar y absorber el exceso de humedad. La fosa se cubre luego con una gruesa capa de tierra, que actúa como barrera natural, protegiendo las patatas de los elementos externos y las plagas.

Refrigeración natural:
La tierra congelada sirve de refrigerador natural, manteniendo una temperatura fría constante y un alto nivel de humedad. Estas condiciones ralentizan los procesos metabólicos de las patatas, preservando su frescura y evitando la germinación.

Adaptación de la sabiduría ancestral:
Almacenamiento moderno:
Para adaptar este método, guarde las patatas en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, preferiblemente en bolsas de tela o papel que permitan una circulación de aire adecuada y eviten la acumulación de humedad. Evite las bolsas de plástico, ya que retienen la humedad y aceleran el deterioro.

Temperatura y humedad:
Mantenga la temperatura de almacenamiento entre 7-10°C (45-50°F). Aunque un ambiente húmedo es esencial para evitar que las patatas se sequen, asegúrese de que no sea excesivamente húmedo para evitar el moho y la putrefacción.

Clasificación e inspección:
Almacene las patatas lejos de frutas y verduras que emitan gas etileno e inspecciónelas con regularidad, retirando las que muestren signos de deterioro o brotación.

Conclusiones:
La antigua técnica de almacenamiento de patatas del Valle del Gojal es una armoniosa mezcla de meticulosa selección, preparación y refrigeración natural. Esta práctica sostenible, perfeccionada a lo largo de generaciones, dice mucho de la relación simbiótica entre el ser humano y la naturaleza. Comprendiendo y adaptando los principios de este método ancestral, podemos mejorar nuestras técnicas modernas de almacenamiento, garantizando la frescura y reduciendo el desperdicio, al tiempo que rendimos homenaje a la sabiduría intemporal de los agricultores de Gilgit-Baltistán.