¿Has oído hablar de este increíble truco? Basta con poner un limón en la escoba para limpiarla y dejar las cerdas suaves. ¡Aquí te explicamos cómo hacerlo!

Antes de empezar

¿Quieres probar esta sencilla forma de limpiar escobas? Antes de proceder a la limpieza, te recomiendo que quites el exceso de polvo y suciedad de entre las cerdas. Utilizando un par de guantes, retire cualquier materia extraña atrapada entre las cerdas endurecidas.

No obstante, debe limpiar los cepillos con regularidad para evitar que los restos de suciedad se incrusten con el tiempo. Lo ideal es eliminar los restos más molestos de las cerdas después de cada uso.

Y ahora que tu escoba está limpia, vamos a poner en práctica este consejo para ablandar las cerdas y dejarlas como nuevas.

¿Qué se hace con el limón en las escobas?

El truco del limón en la escoba es muy fácil de hacer. Sólo necesitas 3 limones y nada más. Empieza extrayendo su zumo, viértelo en un cazo y déjalo calentar unos minutos. El zumo de limón debe estar caliente, pero no hirviendo.

A continuación, viértelo sobre las cerdas polvorientas de tu escoba. Déjalo actuar unos 10 minutos, o incluso más si es necesario. Por último, aclara bien las cerdas de la escoba y déjalas secar al aire libre. Notarás que las cerdas quedan tan suaves como si las acabaras de comprar.

El limón tiene propiedades limpiadoras y desincrustantes que desinfectarán las cerdas y eliminarán los depósitos de polvo que se hayan podido acumular. Además, perfumará la escoba.

Recuerde que el limón es un desincrustante natural que puede limpiar a fondo incluso su placa de cocción.

¿Cómo limpio otros utensilios de limpieza como esponjas y paños?

Las esponjas, bayetas y paños de cocina son indispensables en la cocina para limpiar diversas superficies que tienden a acumular bacterias, gérmenes y polvo.

Es necesario lavarlos periódicamente para evitar transferir la suciedad a otras superficies. El limón puede venir al rescate en este caso, gracias a sus múltiples propiedades.

Vierte el zumo de dos limones en un recipiente con agua caliente y sumerge las esponjas, paños y trapos de cocina sucios durante una o dos horas. A continuación, acláralos para eliminar toda la grasa y las bacterias. Por último, déjalos secar al sol para desinfectarlos y neutralizar gérmenes y bacterias.