La lavanda es una planta muy apreciada por sus numerosas virtudes y su hechizante fragancia.
Sueñas con cultivar esta maravilla en casa, pero no tienes jardín… ¡no hay problema! En este artículo aprenderás a cultivar lavanda en macetas dentro de casa.¡Sigue la guía!
Elija la variedad de lavanda y el material adecuados
Para cultivar lavanda en maceta con éxito, es esencial elegir la variedad adecuada y contar con el equipo adecuado.
De hecho, algunas variedades de lavanda se adaptan mejor que otras al cultivo en maceta y en interiores.
LEE: ¡Echa un vistazo a estas 15 increíbles plantas que sobreviven casi sin agua!
La lavanda verdadera ( Lavandula angustifolia), por ejemplo, es una excelente opción para cultivar en macetas. Es especialmente resistente y tiene un aroma más suave que otras variedades, lo que la hace ideal para interiores.Otras variedades a tener en cuenta son la lavanda mariposa (Lavandula stoechas) y la lavanda diente (Lavandula dentata).
En cuanto al material, necesitará una maceta con agujeros de drenaje , una luz y buen drenaje , un tutor para sostener la planta y posiblemente iluminación extra si no dispone de un lugar suficientemente iluminado.
Preparación de la maceta y el sustrato
Un buen drenaje es esencial para la salud de la lavanda, ya que esta planta no tolera el exceso de agua.
Para garantizar un buen drenaje, debe elegir una maceta con agujeros de drenaje y utilizar un sustrato ligero y bien drenado.
Comience colocando una capa de grava o guijarros de arcilla en el fondo de la maceta para ayudar a drenar el agua. A continuación, prepare el sustrato mezclándolo:
- 50% suelo universal
- 25% arena gruesa
- 25% de compost bien descompuesto o estiércol seco
Esta mezcla ligera y bien drenada permitirá que la lavanda crezca adecuadamente sin riesgo de que se pudran las raíces.
Plantación y colocación de lavanda.
Una vez que la maceta y el sustrato estén listos, es hora de plantar la lavanda.
Para ello, sigue estos pasos:
- Rellene la maceta con el sustrato preparado, dejando unos 2 cm libres entre el sustrato y el borde de la maceta.
- Retira con cuidado la lavanda de su maceta original y desenreda las raíces si están enredadas.
- Coloca la lavanda en el centro de la maceta y añade tierra alrededor de las raíces, compactando ligeramente.
- Riegue abundantemente para humedecer bien el sustrato y compruebe que el agua fluye correctamente por los orificios de drenaje.
A continuación, coloque la maceta en un lugar soleado , idealmente cerca de una ventana orientada al sur o al oeste. La lavanda necesita al menos 6 horas de luz directa al día para crecer bien. Si no dispone de un lugar suficientemente iluminado, puede utilizar iluminación auxiliar, como una lámpara hortícola o una lámpara LED.
Tenga en cuenta también que la lavanda aprecia un ambiente fresco , con temperaturas entre 15 y 22°C. Evite colocar la maceta cerca de un radiador o una fuente de calor.
Mantenimiento de la lavanda: riego, poda y abonado
Para que tu lavanda en maceta prospere en el interior, es importante darle los cuidados necesarios en cuanto a riego, poda y abonado.
Riego:
La lavanda es una planta resistente a la sequía, por lo que es mejor no regarla en exceso.
Riegue moderadamente, dejando que el sustrato se seque ligeramente entre dos riegos.
En invierno, reduzca aún más el riego, ya que la planta entra en un período de reposo.
Poda:
Para fomentar el crecimiento de la lavanda y mantenerla compacta, pódela con regularidad.
Corta las flores marchitas y los tallos que sobresalgan y realiza una poda más severa al final del invierno, eliminando aproximadamente un tercio de la masa total de la planta.
Sin embargo, ten cuidado de no cortar la madera vieja, ya que esto puede dañar la planta.
Fertilización:
La lavanda no necesita mucha fertilización, pero añadir fertilizante orgánico en primavera y verano puede ser beneficioso.
Elige un fertilizante rico en potasio y bajo en nitrógeno, como un fertilizante hecho de ceniza de madera o potasa.
Control de plagas y enfermedades
En general, la lavanda es resistente a plagas y enfermedades, pero pueden tomarse algunas precauciones para evitarlas.
Plagas: Las principales plagas que pueden atacar a la lavanda en maceta son los pulgones, las cochinillas y las arañas rojas. Para mantenerlos alejados, rocía la planta regularmente con agua jabonosa o utiliza insecticidas naturales como el aceite de neem. También puedes introducir especies beneficiosas, como las mariquitas, para controlar los pulgones.
Enfermedades: La lavanda puede ser susceptible a ciertas enfermedades, como el oídio, la roya y la podredumbre de la raíz. Para evitar estos problemas, asegúrese de mantener una buena higiene (limpie regularmente la maceta y las herramientas), no riegue en exceso y asegure una buena circulación de agua y aire.
Siguiendo estos consejos, podrá cultivar lavanda en macetas dentro de su casa. ¡Aproveche su fragancia hechizante y sus virtudes relajantes durante todo el año!