La podredumbre de la hoja es el enemigo número uno de los tomates. Si te preocupa tu pequeña plantación, sigue estos prácticos consejos.
Cada planta tiene un enemigo acérrimo al que enfrentarse a medida que crece. Desde pulgones a infecciones fúngicas, son innumerables los desastres a los que una planta tiene que enfrentarse a lo largo de su vida.
Hoy vamos a hablar de unaafección típica de las tomateras que se puede reconocer gracias a la podredumbre apical del tomate. También explicaremos cómo solucionarlo en poco tiempo.
Podredumbre apical del tomate: causas y soluciones
Si cuando vas a recolectar los tomates observas que se han podrido a la altura de los tallos hasta el punto de caer al suelo, existe un problema grave. De hecho, este problema surge de la incapacidad o imposibilidad de la planta para absorber el calcio.
Sin embargo, no siempre es culpa de la planta. Es posible que el problema se deba a la composición del suelo. Esto significa que ha cultivado las tomateras en suelos pobres en calcio. Para favorecer la absorción de este mineral, hay que vigilar la cantidad de agua administrada a las plantas. Demasiada o muy poca agua puede impedir que las raíces extraigan el calcio que necesitan. ¿Qué se puede hacer al respecto? Entre las soluciones inmediatas, tienes que utilizar un abono a base de calcio con el que fertilizar los tomates. Puedes pulverizarlo sobre las hojas y verterlo directamente en la tierra.
Sin embargo, más vale prevenir que curar. Al sembrar o plantar tomateras, es necesario preparar el suelo adecuado para un crecimiento sano. Antes de trasplantar, la materia orgánica del suelo aumenta y esto requiere un fertilizante rico en calcio que se aplica directamente al suelo. De esta forma, tus tomateras crecerán más rápido. Utiliza un sistema de riego por goteo que asegurará que tus tomateras estén constantemente hidratadas. Procure no abonar en exceso las plantas, sobre todo en la fase inicial de su crecimiento.