El ciclo vital de una orquídea puede ser tan largo como se quiera.
La floración de la orquídea suele ser bastante compleja, se cree que al final la planta debe marchitarse y ser desechada, pero no siempre tiene por qué ser así. Pues esta flor es tan poderosa que puede volver a florecer siempre que reciba los cuidados que necesita.
El ciclo vital de una orquídea puede ser tan largo como quieras y la verás una y otra vez con sus preciosas flores, ya que suelen ser muy resistentes aunque no lo parezca. Su mantenimiento suele ser bastante específico, pero si lo sigues al pie de la letra, verás cómo tu orquídea vuelve a estar llena de flores para la primavera.
Qué hacer para que tu orquídea vuelva a florecer
Para todo el procedimiento que te presentaremos a continuación, tienes que asegurarte de que sea en primavera, ya que el periodo de reposo invernal ha terminado, pues las ramas floridas no suelen aparecer durante el invierno. Pero este no es el único paso que debes cumplir a rajatabla, hay otra serie de instrucciones que te ayudarán a ver florecer de nuevo a tu orquídea.
Un lugar muy claro
A la mayoría de las orquídeas les gustan los ambientes luminosos, pero, ojo, no el sol directo. Por eso, debes asegurarte de colocarla en un lugar con mucha luz ambiental: cuanta más tenga, más probabilidades tendrá de florecer. Es aconsejable colocar la orquídea cerca de una ventana. En climas atlánticos, con mucho sol filtrándose entre las nubes, colóquela en ventanas orientadas al sur.
El aumento de las horas de luz diurna también es un factor importante para la floración de su orquídea, por lo que es importante que la ventana contigua esté descubierta o cubierta en la medida de lo posible con una persiana translúcida.
humedad adecuada
Las raíces de las orquídeas requieren mucho drenaje y un estancamiento mínimo, por lo que, al ser una planta de selva tropical, necesita una humedad elevada pero sin sustrato húmedo.
Si vives en un clima húmedo, puedes regar tu orquídea unos días a la semana; si el tiempo es seco o tienes calefacción, es mejor hacerlo una vez a la semana. Debes prestar mucha atención al sustrato de tu planta para saber exactamente cuándo regarla.
A finales del invierno, durante las últimas semanas de marzo, puede aumentar el riego a dos veces por semana, pero esto sólo indicará el nivel de humedad que conserva el suelo.
el abono perfecto
Para que tu orquídea florezca perfectamente, necesitará un abono específico y lo encontrarás en cualquier floristería. Este remedio es un líquido que tienes que añadir al agua de riego y sólo lo pones una vez al mes. Durante la primavera, cuando tu orquídea está floreciendo, puedes aplicar la dosis hasta dos veces al mes.
contraste de temperatura
Para que las orquídeas florezcan, necesitan un contraste de temperatura óptimo en las semanas previas a la llegada de la primavera, es decir, durante las noches exponerlas en una zona fresca donde puedan recibir aire, mientras que durante el día reciben calor y luz.
La combinación de contraste de temperatura, luz, abono y humedad adecuada contribuirá a estimular la floración de sus orquídeas y, por tanto, a que vuelvan a crecer sanas y hermosas.
Otra técnica para hacer florecer tu orquídea
Otro consejo que puedes seguir para hacer florecer tu orquídea es cortar las raíces que están dañando tu planta; es muy sencillo y suele ser una técnica efectiva.
Lo primero que debes hacer es sacar la planta de su maceta y retirar la tierra hasta que no te queden raíces.
En el centro de tu planta verás una espina que debes quitar con mucho cuidado. Con la ayuda de agua oxigenada, agua y un pulverizador, humedece las raíces para desinfectarlas.
Desinfecta con unas tijeras y retira todas las raíces que veas podridas, enmohecidas, secas o enfermas.
A continuación, vuelve a colocar la planta en su maceta con un sustrato adecuado para orquídeas y asegúrate de que recibe todos los cuidados que hemos mencionado anteriormente.
Por muy compleja y misteriosa que pueda ser una orquídea, si le das el cariño y el mantenimiento que necesita, ten por seguro que la verás florecer de nuevo.