Proteja los pastos anuales del calor del verano con un paño de sombra o rociando las hojas.
Elija variedades que sean resistentes a la formación prematura de semillas que debilita el aroma de la planta y la vuelve amarga.
Cultive hierbas en la época adecuada del año. El cilantro, por ejemplo, teme las altas temperaturas, que aceleran su crecimiento y provocan que se desmorone.
Siembra las cebolletas en su lugar. Diluya las plántulas y coseche las hojas con regularidad, ya que las plantas muy juntas producen semillas más rápidamente.
Elimine los insectos parásitos a mano y lave siempre las hierbas con abundante agua antes de usarlas.
Para un ataque severo, rocíe con aceite o agua con jabón, o pruebe con Bacillus thuringiensis, una bacteria que elimina las orugas sin dañar a otros insectos.
Corte las partes dañadas y luego agregue fertilizante y agua bien para estimular el desarrollo de nuevos brotes sanos.
Cosecha y conservación
Recoge las hierbas justo antes de que empiecen a florecer. Aquí es cuando la concentración de aceites aromáticos es mayor.
Para secar, ate los tallos y cuelgue las plantas boca abajo en un lugar cálido y bien ventilado. Cuando se hayan secado, recoge las hojas y colócalas en un frasco hermético.
Si usa un microondas, coloque las hierbas entre dos hojas de toalla de papel y séquelas a temperatura alta hasta que se vuelvan quebradizas (uno o dos minutos dependiendo del aparato).
En un horno tradicional, colocar las hierbas en una bandeja para horno y dejar secar a baja temperatura. También puedes utilizar un deshidratador.
Algunas hierbas, como la albahaca, el perejil y el estragón, se congelan bien. Recoge las hierbas, lávalas rápidamente y luego córtalas. Coloca los t