Si buscas una forma eficaz y fácil de almacenar tus tomates, lo difícil es congelar tu cosecha de tomates. Es la forma perfecta de tener tomates a mano todo el año.
Para el jardinero casero, los tomates son un cultivo que puede madurar rápidamente. Durante semanas, esperas pacientemente a que un solo tomate pase de verde a rojo. Y esperas, y esperas, y esperas.
Y entonces sucede. Empiezan a madurar. Y antes de que te des cuenta, tienes montones y montones en la encimera. De repente, te enfrentas a la pregunta de qué hacer con una cosecha cada vez mayor.
Para muchos, lo primero que les viene a la cabeza son las conservas. Y es cierto que este método permite conservar una gran cantidad de productos derivados del tomate. Pero una cosa es cierta: ¡el enlatado no es el único método!
De hecho, para muchos, el enlatado puede ser un poco desalentador y llevar mucho tiempo. Y aquí es donde la congelación de parte de la cosecha de tomates puede ser una solución rápida y eficaz para conservar una cosecha para su uso posterior.
Teniendo esto en cuenta, aquí tienes 3 soluciones sencillas para guardar parte de tu cosecha de tomates, todo ello sin tener que calentar ni una sola vez esa cocina con agua hirviendo, tarros y tapas.
3 maneras de congelar tomates fácilmente
1 Congelar tomates enteros
Una de las formas más fáciles de conservar una cosecha de tomates sin enlatarlos es simplemente congelarlos enteros, con piel y todo. Es tan sencillo como recogerlos, lavarlos, secarlos y congelarlos.
Como con cualquier hortaliza del huerto, seleccione sólo fruta firme y sin manchas para congelar. Lávelos con agua fría y déjelos secar bien.
Es esencial secar los tomates antes de congelarlos para evitar que se quemen en el congelador. También evita que se congelen y se peguen cuando los utilices más tarde.
Una vez secos, guárdelos en una bolsa o recipiente hermético. Congélalos en distintas cantidades para utilizarlos según los necesites a lo largo del año. Congela algunas bolsas con pocos tomates para platos pequeños y otras más grandes para comidas familiares.
Durante el almacenamiento, los envases al vacío funcionan mejor. Eliminan el exceso de aire y protegen mejor los tomates para un almacenamiento a largo plazo. Las bolsas de congelación tradicionales con cremallera funcionan, pero los tomates no se conservarán bien ni durante mucho tiempo.
2 Congelar tomates sin piel
Para muchas recetas, es mejor quitar la piel a los tomates. Así, congelarlos sin la piel puede facilitar mucho su uso posterior.
El método tradicional consistía en poner los tomates en agua hirviendo y colocarlos rápidamente en un baño de hielo. Ese proceso funciona, pero puede resultar difícil y caluroso para las manos pelar las pieles.
Pero hay una manera más fácil, ¡y no implica agua hirviendo en absoluto! Lava los tomates en agua fría y córtales el tallo superior. Seca los tomates y colócalos en el congelador en una bandeja poco profunda (las bandejas de horno funcionan mejor).
Dejar que los tomates se congelen durante dos o tres horas. Sáquelos del congelador y páselos por agua fría. La piel se desprenderá fácilmente.
Sólo queda envasar y congelar los tomates ya pelados en un recipiente hermético o en una bolsa de congelación.
3 Medios tomates congelados
Si te encanta cultivar, cosechar y almacenar tomates de pasta, ¡este método es una gran opción para congelar! Funciona muy bien con Roma, Amish Paste, San Marzano y otros tomates en pasta.
Los tomates en pasta son la elección a la hora de preparar salsas, salsa y marinara. Y este método rápido y fácil puede ayudarle a almacenar gran cantidad de ellos para tener tomates para salsa a mano siempre que los necesite.
Basta con lavar los tomates en agua fría y cortarlos por la mitad. Luego, con una cuchara, saque el núcleo interno de semillas y deséchelo.
A continuación, utilizando el método de arriba abajo, coloque las mitades de tomate en una bandeja de horno y congélelas durante dos o tres horas. Sácalos del congelador, quítales la piel con agua fría y ¡congélalos!
Te quedarán unos tomates listos para salsa que pueden ser perfectos para una salsa rápida, una tanda rápida de salsa o una salsa marinara ya preparada que sabe como recién salida del huerto.
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